De camino a Robles de la Valcueva (pueblo de mi buen amigo David, cercano al río Torio y de los afamados pueblos de cría del gallo de León), pude ver por uno de los puentes que crucé, que el río Esla bajaba con alegría, lo cual indicaba que todavía estaban soltando bastante agua... Este echo empaño un poco mis expectativas aunque al poco de llegar a mi destino y ver los bonitos pollos de pluma de la variedad "Indio" que estaba criando David se me olvidó lo anterior al tiempo que hacíamos planes ya con las plumas que les tendrían que salir al cabo de unos meses.
El sábado amaneció algo tarde,a eso de las 11 de la mañana(al menos para nosotros), y quizás tuviera algo de culpa la fiesta que nos corrimos la noche previa a la cita de pesca... aun así no teníamos prisa porque ya sabíamos lo que nos encontraríamos al llegar a orillas del Esla.
Al llegar al pueblo de Gradefes (limite inferior del coto) vimos como discurría la engañosa y fría bestia entre los pilares del puente del mismo pueblo, dando un aspecto de tranquilidad que se alejaba bastante de la realidad. Al ver esto decidimos echar un vistazo por el tramo, en busca de alguna zona que nos incitase más a adentrarnos en sus frías aguas... hasta que llegamos a unas obras impresionantes más o menos en la mitad del acotado, y al verlas pensamos que la mejor opción sería empezar a pescar por encima de ellas, por los daños que éstas podrían haber causado en la biología del río. Aquí el río tenia unos pequeños pilares, los cuales marcaban barias posturas y más abajo en un pequeño remanso se podían avistar varias cebas. Observando un poco el río se podía apreciar que la variedad de insectos que volaban y bajaban por el agua era muy amplia así que no me complique y até un pequeño tricoptero de pelo de ciervo al extremo del terminal.Me adentre en el rió entre las innumerables plantas acuáticas y me acerque poco a poco a las cebas hasta que el chaleco empezó a empaparse de las frías aguas. Pero aun emborrachando mis atuendos del liquido elemento todavía quedaba lejos la postura y si eso fuera poco el lance lo tendría que realizar aguas abajo... Comencé a lanzar esbozando un antiestético bucle , signo de la perdida de control de la linea, al tener más metros de ésta en el aire de los que soy capaz dominar con mi caña de diez pies, pero aun así, fui capaz de presentar el tricoptero en la zona de caza de las pintonas con un mínimo de dignidad... La artificial navegaba entre las plantas acuáticas cuando una de las truchas que se alimentaba en superficie tomó la mosca... tiré... y nada. Vuelvo a repetir la jugada varias veces y más de lo mismo... hasta que consigo trabar una trucha que me dura unos tres segundos enganchada, que es más o menos lo que ésta tarda en meterse en las algas. De esta misma forma vuelvo a perder otro pez más haciéndome recapacitar, que quizás sería mejor intentar capturar algún pez en otra postura más viable en la que poder llevar a mi contrincante a la red.
Vuelvo a dirigir mi mirada hacia los pilares que hay en medio del río y decido intentarlo con la ninfa... cambio el aparejo y comienzo a derivar las ninfas entre corrientes... de repente el hilo anaranjado se para y... zas la primera trucha prendida y que consigo llevar a la red de la sacadera. Seguí lanzando y al poco otra más... las capturas se iban sucediendo sin mover los pies del sitio y en una de las paradas de la linea me pareció haber pinchado un buen pez... insistí en el mismo sito por si había algún otro buen ejemplar y clavé una trucha que tiraba con fuerza... parecía mayor que las anteriores y aunque intentaba meterse entre las algas en terminal del 0,10 aguantó y conseguí llevarla a la sacadera... era un pez bonito que rondaría los 800gr. Seguí lanzando las ninfas y al poco rato tuve otro buen pez clavado al otro lado del aparejo... este parecía mayor y no tuve forma de detenerlo, dando al traste con el bajo y llevándose las dos ninfas.
Al final conseguí sacarle a la postura diez peces en poco menos de media hora, pero claro está no todo iba a ser así y cuando subo río arriba para encontrarme con David este me dice que todavía no ha conseguido sacar ningún ejemplar.
Seguimos subiendo río arriba entre largos tramos inaccesibles para la pesca dado el alto nivel del cauce y alguna pintona más se deja engañar aunque ya no tiene nada que ver con la primera postura que pesqué río abajo.
A eso de las 8 de la tarde se impuso el viaje de vuelta a casa y mientras me alejaba por las solitarias carreteras que cruzan las tierras leonesas de tonos dorados mezclados con los rojizos rayos del sol al atardecer... en mi mente ya rondaba la idea de volver antes de que terminase la temporada para disfrutar de las fértiles aguas de los ríos leoneses en condiciones más favorables para la pesca.
6 comentarios:
Mi hermano es amigo de un criador de gallos de León. También me gustaría observar el proceso de las plumas desde que nacen los pollos hasta que se extrae la pluma.
Las truchas muy bonitas y el río también.
¿Qué te depara el invierno?
Saludos.
Hola Jose.
Pues este invierno espero ir algún día a pescar lucios pues nunca los he pescado. A parte de ir al intensivo del Leizaran o a la laguna del Llanillo me imagino que meteré horas delante del torno de montaje.
Complicado pescar con tanta agua, o se conoce bien el Esla o estas muy limitado.
Felicidades por la jornada de pesca.Opino igual que Joaquín y por ejemplo para mí que no pesco ríos tan anchos y caudalosos con asiduidad, debe de ser un poco complicado.
Los peces muy buenos...
Un saludo
Nunca pesque ese rio pero todo el que habla de el dice lo mismo, que es complicado.
Muy bonitas fotos y buen releto.
Felicidades Julen.
Barbux
Vete preparando Leizaran compañero que nos quedan dos asaltos....
Un abrazo..
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